Terapia Floral en Animales

Los animales responden a las Flores  u otras esencias vibracionales mas rápidamente que los humanos, debido a que no oponen resistencia al tratamiento ni razonan si están siendo "sugestionados"o no.  La única diferencia es que el diagnóstico dependerá de lo que cuente su dueño acerca del comportamiento de la mascota. De todos modos, hay conductas muy habituales en los animales, muy fáciles de observar y por ende, se puede precisar con eficacia la fórmula floral o vibracional personalizada acorde a la necesidad de cada uno. A continuación, algunos de los múltiples usos en animales: Post accidente, situación traumática o estado de shock. Post-operatorio. Desconfiados y agresivos con otro perro que convive con él. Excesiva defensa de su territorio. Miedosos, a menudo por haber sufrido ataques de otros animales. Temores que llevan a la huida, fobias con temblores. Stress paralizante. Terror a las tormentas, ruidos extremos como petardos. A los viajes. Alteraciones nerviosas. Con temor a la correa, a salir a pasear, a la soledad, miedo a las personas. Crisis de miedo con temblores. Son ansiosos. Ariscos que no se relacionan con los dueños de casa o animales del hogar. Para los cachorros muy inquietos. Para adaptarse cuando cambian de casa o de dueños. Asustadizos antes de fenómenos climáticos. Sumisos que no se defienden,  con la cabeza gacha, débiles, serviles, no gruñe.Ni saca las garras. Tristes. Hipersensibles y deprimidos.  Nerviosos, con mordida recurrente. Melancólicos, tristes sin motivo aparente. Hiperexcitados, que corren, ladran y saltan sin parar. Muy pendientes de su cría.  Cuidan a los dueños u animales en exceso. Dominan, protegen son controladores.  Se autolesionan, juegan manteniendo su cara y mirada triste. Son glotones en demasía. Muy sociables. Descontrolados, ya sea sin motivo o por estar sometidos a una situación stressante o por accidente. Para mejorar el aprendizaje en general y para los entrenamientos. Apáticos, desinteresados o que necesitan estar en estado de alerta. Para enfermedades o comportamientos cíclicos que pasan y vuelven.  Inestables, van y vienen por un extremo al otro de la casa, con actitudes oscilantes.  Para infecciones e intoxicaciones. Deprimidos que necesitan recuperar la confianza cuando han tenido crías muertas, por ejemplo. Deprimidos y agobiados por algún mal que quieren dejar de vivir y no se alimentan. Buscan llamar la atención, no soportan estar solos y molestan mucho a sus dueños. Agresivos, dominantes, sospechan de todos y todo.  Mal carácter.  Ataques de rabia. Celosos de la presencia de otros animales y/o niños. Siempre alertas.  Cuando perdieron a su antiguo dueño, pareja o compañero en el hogar. Inseguros por algún accidente. Cansancio por estar sometidos a mucha exigencia o por enfermedad y que necesitan recuperar energía. Intolerantes. Ofendidos que causan destrozos cuando el amo los deja por un tiempo. Para inflamaciones, alergias, trastornos digestivos, nerviosos, respiratorios, etc., acompañando un tratamiento médico. Éstos son algunos de los comportamientos o necesidades más comunes. Como siempre, el preparado personalizado tendrá en cuenta el mix conductual que refiera su dueño y/o el médico veterinario interviniente.